jueves, 28 de diciembre de 2006

Próximamente, la versión de cartas de Café Race

Pues sí, como otros grandes (Puerto Rico, Tigris & Euphrates y Caylus), Café Race también tendrá su versión en juego de cartas.

El diseño está muy avanzado y ya hemos hecho algunas pruebas de juego. Bascu está trabajando en los primeros bocetos de la maqueta.

Aún no está claro quién lo editará, porque he recibido ofertas de Devir y de Edge, además de Homo Ludicus.

Continuaré informando.

Actualización, viernes, diciembre 29, 2006

Por si alguien no se ha dado cuenta aún (que me extrañaría) ésta ha sido mi inocentada.

De momento no hay versión de cartas... aunque con la tontería uno empieza a tener ideas y nunca sabe en qué se pueden acabar convirtiendo.

domingo, 24 de diciembre de 2006

Una regla que me ha parecido curiosa...

... del reglamento que estoy leyendo ahora: Roads & Boats.

GANSOS

No es necesario llevar los gansos en los transportes, aunque se puede hacer. Un ganso seguirá a cualquier transporte que salga del hexágono en el que esté, si así lo quiere el propietario del transporte. Sin embargo, los gansos no se pueden dejar solos en el mar: un ganso en el mar siempre seguirá a un transporte que salga del hexágono en el que esté, a no ser que otro transporte se quede con el ganso (aunque el ganso se puede dejar en una plataforma petrolífera, por supuesto). Los gansos no seguirán a los transportes a la otra orilla de un río, a no ser que haya un puente.

Los gansos que estén siguiendo el transporte de un jugador, seguirán el transporte de otro jugador que cruce el hexágono, si ese jugador así lo quiere. El primer jugador sólo puede evitar esta situación cargando los gansos en su transporte. En caso de conflictos, consultar las reglas sobre el orden de juego en la página 17.

Reglamento de Roads & Boats, tercera edición, segunda impresión, página 12.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Fotos de Suiza

Mientras sigo buscando tiempo para ponerme a escribir la crónica de mi visita a Suiza con motivo de la presentación de Yspahan, Animalia y Mr. Jack, de momento he subido las fotos que hice a Flickr, por si alguien las quiere ver. (Haz clic encima de la imagen).


domingo, 17 de diciembre de 2006

De vuelta de Suiza

Mientras busco el tiempo para escribir el relato de mis experiencias en Suiza, de momento una foto que prueba mi presencia allí.


jueves, 14 de diciembre de 2006

Café Race navideño

Como que esta noche el hermano malvado de Morfeo, Insomnio, se ha decidido a visitarme... pues eso, a uno se le empiezan a agotar las maneras de pasar el tiempo y empieza a hacer cosas raras.

En la imagen, los cinco Café Race, acabados de salir de producción, que me acompañarán mañana (hoy) en mi viaje a Suiza.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Me voy a Suiza

Mañana por la mañana me voy a Suiza en viaje relámpago: vuelvo el viernes por la tarde.

Voy, acompañando a Oriol Comas, al Musée Suisse du Jeu a ver la presentación de tres juegos: Yspahan, Animalia y Mr. Jack.

Después seguirá una tarde de juegos. Espero que los presentes sepan inglés y que mi inglés hablado sea suficiente para entendernos.

Prometo fotos y, al menos, un comentario a mi vuelta.

martes, 12 de diciembre de 2006

Café Race, fotos de la versión final

Si los dioses del café lo permiten, la producción de Café Race estará completamente terminada esta semana.

Para ir abriendo boca, algunas fotos de la versión que saldrá a la calle, cortesía de Antonio Catalán.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Ayudar Jugando 2006

Las jornadas Ayudar Jugando son especiales por varios motivos. En primer lugar, son, que yo sepa, las únicas jornadas de juegos de rol, de mesa, de rol en vivo, de soft-combat y demás actividades lúdicas inusuales con un objetivo benéfico: se ayuda jugando para que niños que no podrían jugar tengan juguetes con que hacerlo: la recaudación se dedica a comprar juguetes para niños que por su situación no los podrían tener por navidad. En segundo lugar, es un punto de encuentro anual en el que volver a ver a muchos amigos y conocidos y pasar un buen rato charlando y jugando.

Mi colaboración con Ayudar Jugando consiste, principalmente, en ser monitor de la ludoteca de juegos de mesa. A lo largo de las diferentes ediciones la asociación ha ido reuniendo, a base de donaciones, una buena colección de juegos de mesa. En años anteriores había colaborado dirigiendo alguna partida de rol, pero últimamente los juegos de mesa tienen más tirón. Así que unos cuantos amigos (Bascu, Baldo, Gaspar y un servidor) nos encargamos de hacer jugar a la gente, de explicar las reglas de los juegos a quien no las sabe e, incluso, de jugar con los asistentes. Es un trabajo cansado (quién me iba a decir que jugar resultaría cansado…) pero muy agradecido.

Viernes

Para que todo esté preparado el sábado por la mañana, alguien debe hacerlo el día anterior, así que para mí las jornadas empezaron el viernes por la tarde: acudí a ayudar a la gente de la asociación. Entre todos descargamos un montón de bultos de la furgoneta (material para la tienda benéfica y juegos para la ludoteca), acarreamos las mesas y las distribuimos por la sala. Entre todos los presentes (y éramos muchos) se consiguió montar todo lo necesario. Sobre todo, dejar claro que mi aportación al montaje fue modesta, porque cuando llegué gran parte estaba ya hecho y, además, los miembros de Ayudar Jugando trabajan con mucho ánimo.


Sábado

Mientras esperábamos a que entrara la gente, probamos uno de los juegos que hace tiempo que está en la ludoteca y nunca habíamos probado: N-Tropy. Es un juego de habilitad curioso, espectacular de aspecto, aunque no tan bueno como, por ejemplo, Bausack.

Cuando se abrieron las puertas y el público entró, algunos de los que no abalanzaron sobre la tienda solidaria (donde se venden libros, tebeos, juegos y demás material a precios de escándalo) vinieron a jugar a juegos de mesa.

En mi caso organicé una partida de Sherezade de cinco jugadores, en la que participaron, entre otros, un gran amigo, Francesc Almacelles de Lleida (autor del blog Sector 14) y Genís, otro gran amigo de Sabadell. La partida estuvo muy igualada, durante varias rondas tres jugadores estaban a punto de ganar y eso provocó que la duración de la misma fuera más larga de lo habitual. Aún así creo que el juego gustó bastante y yo descubrí algunas posibles estrategias a aplicar en futuras ocasiones… a ver si algún día consigo ganar alguna partida.

Mientras tanto, en la mesa justo al lado de la nuestra, Jordi Roca dirigía una partida de Circus Maximus en una espectacular maqueta hecha por él.

Por la tarde, después de comer, expliqué a un grupo de jugadores las reglas de Sherezade y me quedé con ellos los primeros turnos para ayudarles con las posibles dudas. A continuación me dediqué a deambular, dando un vistazo a las partidas y actividades que se estaban desarrollando.


En plena explicación de Sherezade. Creo que en este momento estaba explicando el funcionamiento de la subasta y por eso estoy señalando a un jugador. La camiseta cantona cumplía perfectamente su función: destacar a los organizadores y colaboradores para que el público supiera a quién dirigirse. Foto cortesía de Genís.

Jordi Cabau, antiguo peso pesado del rol en castellano como se puede comprobar en esta sección de su web, apareció buscando jugadores para probar un juego de cartas que tiene en desarrollo. A mí me hubiera encantado participar en la prueba de juego, pero no podía. Entre Jordi y yo buscamos unos cuantos jugadores y los dejé, muriéndome de envidia, probando el juego. Por supuesto invité a Jordi a venir al Queimada a hacer más pruebas de juego.

Pude escaparme un momento de mis obligaciones y probar con Sergio Jurado “Aker” y unos amigos suyos un curioso juego de cartas, Three-Dragon Ante, que se puede jugar de forma independiente o integrado en una partida del juego de rol Dungeons & Dragons.

Tras la partida de Three-Dragon Ante fui requerido por uno de los visitantes, que me pidió que hiciera una partida a sus dos hijas. Por supuesto elegí Los Colonos de Catán. Era la primera vez que jugaban a un juego de este estilo, y les gustó y se lo pasaron bien, aunque no conseguí hacerles entender que los turnos de los jugadores pasan uno-tras-otro no todos-a-la-vez. Aún así, qué mas da, se divirtieron y eso es lo importante.

El ambiente de las jornadas el sábado por la tarde. Hubo momentos de lleno absoluto, con todas las mesas ocupadas e, incluso, dos partidas a la vez en una misma mesa. A la izquierda de la imagen, en la parte central horizontal, se puede ver el impresionante montaje para Circus Maximus de Jordi Roca. En las mesas en primera línea se hacían las partidas de rol: a la derecha de todo se puede ver un trocito de Ricard Ibáñez, dirigiendo su tradicional partida anual de Aquelarre. Foto cortesía de Genís.

Domingo

El domingo es día de descanso, y se notó.

Llegué con Baldo a las jornadas y, como aún no había empezado a llegar el público, aprovechamos para escaparnos un momento y desayunar un café con leche y un croissant (desayuno oficial y casi obligado para todos los implicados en Café Race) en un bar cercano. Allí nos encontramos con Javier “Lastrak”, al que conocimos en las jornadas del año pasado y que, desde entonces, se ha convertido en amigo y compañero de juegos. Como cada año, venía con su bolsa de deporte en ristre, dispuesto a asaltar la tienda solidaria para llenarla de novelas. Al poco se reunió con nosotros Bascu.

Para el domingo por la mañana estaba programado el torneo de Fuga de Colditz, el cual yo era el encargado de organizar y arbitrar. Mientras esperaba que se apuntase gente suficiente para empezar me dio tiempo a montar y jugar una partida de Ave Caesar, en la que participaron los hermanos Roca y que contó con Xavi Garriga, de Devir, como espectador de excepción.

Oriol Roca atendiendo a la explicación de las reglas, momentos antes de empezar la carrera. Si el sábado su hermano, Jordi, nos deleitó con un Circus Maximus gigante, el domingo nos conformamos con un Ave Caesar no tan gigante pero también divertido. Foto cortesía de Ayudar Jugando.

Tras la partida de Ave Caesar aún no había gente suficiente para el torneo (¿he dicho que era domingo por la mañana?) así que Jordi Roca nos propuso jugar a un juego de fútbol: HysteriCoach. Es un juego muy curioso, en el que pueden llegar a jugar simultáneamente quince personas. Nosotros éramos seis. Los participantes se dividen en dos equipos de fútbol y dentro de éstos una persona toma el papel de entrenador y el resto de los jugadores. El objetivo del entrenador es conseguir que su equipo reproduzca la jugada que tiene en una carta, moviendo los jugadores sobre el tablero, pero no puede decir arriba, abajo, derecha o izquierda. Jordi Roca se reveló como un entrenador calmado pero firme y condujo nuestro equipo a la victoria, con un resultado de dos goles a nuestro favor frente a los cero goles del equipo contrario.

El torneo de Fuga de Colditz empezó con nueve jugadores, distribuidos en dos partidas. En una de las mesas ganó el oficial de seguridad, que dirigió el campo de prisioneros con mano firme: ningún prisionero se escapó. En la otra mesa los oficiales aliados fueron más espabilados y uno de ellos consiguió que dos de sus prisioneros se fugaran antes del límite de tiempo, ganando, por tanto, la partida.

Nos fuimos todos a comer, para recuperar fuerzas tras tanta evasión.

Tras la comida se hizo la final. Con sólo cuatro jugadores y con el inicio de la subasta benéfica pisándonos los talones, se tuvo que tomar una decisión porque no había tiempo suficiente para hacer la partida a dos horas. Entre todos acordamos hacerla a una hora y media y un solo prisionero. Una especie de muerte súbita. El ganador de la partida y, por tanto, del torneo, fue Jordi Roca (parece omnipresente en estas jornadas ;-) que consiguió que uno de sus prisioneros se escapara incluso antes de cumplir la primera hora.

Después del torneo, y antes de que empezara la subasta, aún hubo un poco de tiempo para que los asistentes pudiesen jugar. Vi a un grupo de jugadores leyendo el reglamento de Sherezade, así que me ofrecí a explicarles las reglas, cosa que, después de haberlas explicado ya dos veces durante las jornadas, despaché sin mayores problemas en apenas un cuarto de hora.

Y llegó el momento de celebrar la subasta benéfica. Entre muchos otros lotes, se subastó el primer ejemplar de producción de Café Race, firmado por los cuatro implicados: Bascu, como autor de las ilustraciones y el diseño gráfico; Pol Cors, como editor; Antonio Catalán, como productor del juego y yo mismo, como creador y diseñador del juego. La puja la ganó Alfredo “Blackbear”, un buen amigo del Queimada, que no dudó en enfrentarse a Monty, el mismísimo presidente de la asociación Ayudar Jugando, que también lo quería para hacerle compañía a la versión autoproducida que vendí el año pasado en las Ayudar Jugando.

Otro de los lotes en los que estaba implicado era un Fuga de Colditz, firmado, de nuevo, por Antonio Catalán, como productor; Bascu, como autor de algunas de las ilustraciones; Xavi Garriga, como editor y, yo mismo, como autor de la traducción y adaptación del reglamento. En este caso la puja la ganó el ínclito Ricard Ibáñez. Debo decir que fue todo un honor para mí.

Después de la subasta, una amiga pasó a saludarme y tuvo a bien dejarse ganar en una partida al Mini Mastermind que acababa de comprar en la tienda solidaria.

Y el momento de cerrar las jornadas no tardó mucho en llegar.

Conclusión

La primera vez que fui a unas Ayudar Jugando lo hice respondiendo a la petición de Pablo "Fenris" Giménez de arbitrar una partida de algún juego de rol, concretamente a las que se celebraron en 2003 en la Casa Elizalde.

Desde aquella vez he asistido a todas las ediciones, no me he perdido ni una.

Las Ayudar Jugando parten de una idea sorprendentemente sencilla: recaudar dinero jugando para que los niños puedan tener juguetes con los que jugar. Si hubiera una ley de la termodinámica que se aplicara a las jornadas, las Ayudar Jugando la incumpliría porque en ellas todos ganan: los organizadores y colaboradores, la satisfacción de participar en la obra benéfica; los jugadores y aficionados, un lugar donde reunirse, conocerse y jugar; y los niños, juguetes.

El año que viene, allí estaré.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Café Race, al fin existe

Tengo a mis pies una caja de cartón con algunos de los primeros ejemplares de Café Race.

Aún faltan ultimar algunos detalles para que la tirada total esté lista; éstos que tengo son sólo unos cuantos juegos preliminares para poder ir enseñándolos ya.

Y siento esa tristeza alegre de quien parte en presente, abandonando pasado, buscando futuro, porque una parte del camino ya ha quedado atrás: la idea que tuve para un juego, tras mañanas y mañanas de subir a buscar el café a la cocina de la primera planta en mi trabajo acompañado de la que acabó siendo musa lúdica, ha cobrado forma en cartón y plástico. Ya es algo que se puede ver, tocar y... jugar.

Ahora empieza la segunda etapa. Café Race es un recién llegado y debe dar sus primeros pasos vacilantes cogido de mis manos. De buen seguro sus metafóricos tíos (el editor, el productor y el artista gráfico) estarán también atentos a su avance, pero la responsabilidad última es mía: se juega para divertirse, Café Race es un juego, luego Café Race debe cumplir y ser divertido.

Quizá me lo tomo muy en serio, pero divertirse es algo muy serio.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Tona, 6ª edición de la feria JocJoc


Levantarse un domingo a las siete de la mañana sin que haya una obligación laboral no es algo que se haga normalmente. Sin embargo aquí, un servidor, lo ha hecho este domingo pasado, 3 de diciembre, para ir a la 6ª Fira JocJoc que se ha celebrado en Tona. La excusa han sido, cómo no, los juegos.

El viaje ha empezado con el estridente ruido del despertador sonando en una hora extraña para él considerando el día que era. Si en su interior electrónico hay un escondido en algún rincón un pequeño cerebro estoy seguro que la duda se ha paseado brevemente por él... pero, aún así, ha demostrado su usual falta de piedad. Como en esta ocasión era por afición, que no por obligación, no he remoloneado mis diez minutos de costumbre entre las sábanas y en poco rato ya estaba vestido, lavado, desayunado y en la calle.

A esas horas el sol aún estaba quitándose sus legañas cósmicas, así que, pese a que este año le está costando llegar, hacía frío. A buen paso he llegado hasta la Estación de Barcelona-Sants, donde me estaba esperando mi compañero de andanzas lúdicas y de bitácora. El tren nos ha recogido puntual y, tras casi hora y media de camino, nos ha dejado, también puntualmente, en nuestro destino. Hay que reconocerle el mérito, porque todo el recorrido ha transcurrido en medio de una niebla casi sherlockiana: apenas distinguíamos las casas de los lados.

En este momento conviene hacer una pequeña aclaración: el tren no llega hasta Tona, sino hasta el pueblo de al lado, Hostalets de Balenya. A pesar de que teníamos una ligera idea de hacia dónde quedaba Tona (“por lo que he visto en el mapa debe quedar a la izquierda de las vías en el sentido que llegamos”) hemos preferido no fiarnos y hemos preguntado en el bar de la estación. El camarero, que también parecía el encargado de vender los billetes de tren, incluso nos ha acompañado afuera para indicarnos mejor el camino. Como nos enfrentábamos a una pequeña caminata de quince minutos atravesando frío y niebla (el sol debía estar para entonces vistiéndose aún) siguiendo el arcén de la carretera, decidimos hacer un pequeño alto en la forma de un café con leche bien caliente.

Durante el camino, entre la bruma, esperábamos a cada paso encontrarnos con algún zombi que decidiera convertirnos en protagonistas de nuestra propia película de George A. Romero, pero, por suerte, la realidad ha sido más fuerte que nuestra imaginación y no ha sido así. A los quince minutos exactos, puntualmente de nuevo, entrábamos en Tona.

Para evitarnos vueltas innecesarias preguntamos en una tienda, que pese a la hora y al día estaba abierta, por la feria y muy amablemente nos indicaron no sólo el dónde, ¡sino también el horario!

Quiero resaltar que la niebla aún era muy espesa, mucho, muchísimo... vamos, que casi había que ir apartándola a manotazos para poder ver y avanzar... Es la única explicación que se me ocurre para justificar que llegásemos hasta diez metros de la feria y nos la viéramos: habíamos atravesado un calle con mesas a los lados, de asociaciones que informaban y proponían actividades varias relacionadas con el juego, y antes de llegar al final decidimos que eso debía ser una parte de la feria que no nos interesaba y que la parte más afín a nosotros estaría por otro lado...

Pues menos mal que habíamos preguntado antes para "evitarnos vueltas innecesarias".

Un cuarto de hora después, tras haber llegado casi hasta el final de lo que creíamos era la carretera de Barcelona (según el escaso plano que nos acompañaba), con el sol luciendo ya y barriendo la calina con sus rayos, descubríamos que si antes hubiéramos seguido adelante nos habríamos dado de bruces con las casetas exteriores e interiores de la feria y con todas las actividades al aire libre. Procurando parecer seguros de nosotros mismos (“pues me ha gustado el paseo para ver el pueblo antes de meternos en la feria...”) nos hemos dirigido a la feria.

En una de las primeras casetas nos hemos encontrado a Víktor Bautista i Roca, conocido de otras ocasiones (Ayudar Jugando 2005 y Macropartida de Carsassone en Figueres). Tenía a la venta su juego, La Llotja (La Lonja) y también el juego ganador del concurso de juegos de Tona, Fortaleses (Fortalezas) que ha diseñado al alimón con Josep M. Allué, que en ese momento no estaba por ahí. Inmediatamente se los hemos pedido, pero el pobre aún estaba ocupado montando la parada y le faltaban manos, así que simplemente nos los ha reservado para que pasáramos más tarde a buscarlos y pagarlos.

Al entrar en el edificio donde estaban las casetas interiores nos ha sorprendido la cantidad que había. Muchísimas tenían juegos y más juegos de Haba, muchos que nunca habíamos visto. Nos ha llamado la atención uno llamado Monza, de carreras de coches que, pese a ser sencillo y depender mucho del azar, parece muy interesante considerando que no deja de ser un juego para niños. Había muchas paradas de juegos artesanos y puzzles en madera. Una de las más curiosas presentaba un muestrario de juguetes de las Islas Baleares, muchos de hechos tradicionales y fáciles de construir con materiales de estar por casa. Me ha hecho gracia reconocer entre ellos algunos con lo que yo mismo había jugado y construido en mis vacaciones de pequeño en Galicia, en el pueblo de mis padres. Los inefables aficionados a los clicks de Famobil también estaban presentes con un pequeño muestrario de su, seguramente, inmensa colección.

En una posición destacada, junto a la entrada, y frente a frente estaban las casetas de Homo Ludicus (la tienda física de la PCra) y Vexillum. Por supuesto nos hemos parado a saludar a Pol y Aidi y a charlar un rato. Después hemos conocido a Marià y Marc de Vexillum, que nos han estado enseñando y explicando su juego de tablero de próxima aparición, PatimPatamPatum.

Al ver que Josep M. Allué ya había vuelto fuimos a saludarle. Conocí a Josep M. Allué hace unos meses, porque se ofreció a enviarnos a todos los miembros del jurado del Premio Juego de Mesa del Año en España (él también lo es) un juego de su creación que había editado su empresa en conmemoración por su décimo aniversario. Aprovechando que los dos vivimos en Barcelona me invitó un día a su casa y, además de regalarme el juego, pasé una tarde muy divertida jugando con él, Maqui -su mujer- y Rita -su hija-. Josep M. Allué me explicó que algunos de sus juegos serán editados próximamente, así que espero más adelante poder dar la buena noticia aquí. Nos hizo una breve explicación y demostración de Fortaleses y, aunque no hacía falta porque ya lo habíamos reservado, nos convenció aún más.

Al poco llegaron Jonathan y Pili, amigos de Terrassa, y también jugones como nosotros. Volvimos a repetir la visita a las paradas y fuimos a ver las actividades al aire libre.

En el exterior, en una explanada de tierra, se habían montando muchas actividades para los más pequeños. Había de todo: espejos mágicos que deformaban la figura, juegos de habilidad, rompecabezas y puzzles, ilusiones ópticas, un laberinto… Puedo dar fe de que los niños se lo estaban pasando bomba… y de que me hubiera gustado entrar en el laberinto.

Nos encontramos con Oriol Comas que venía acompañado de Marius Serra. Saludos de rigor, conversación breve pero amena y agradable. Por cierto, que en breve me voy unos días con Oriol a Suiza, concretamente al Museo Suizo del Juego a ver una presentación de Mr. Jack, Yspahan y Animalia, con noche de juegos incluida. Daré más detalles en una próxima entrada.

Hambrientos ya, pasamos a recoger los juegos encargados e iniciamos la búsqueda y captura de algún lugar donde comer.

Acabamos comiendo en un pequeño bar restaurante en el cual hacían pizzas y pasta, de nombre El Castell (El Castillo), muy adecuado considerando que el juego ganador del concurso de Tona consiste, precisamente, en construir las torres de una castillo. Mención especial merecen las pizzas, muy sabrosas, por su original forma y tamaño: no eran redondas y sobresalían del plato.

Tras una larga sobremesa, en la que no faltaron los comentarios sobre nuestro próximo viaje a Essen (Jonathan, de Terrassa, también está apuntado a la aventura) volvimos a la feria.

Como la mañana la habíamos dedicado a ver las paradas y a charlar con la gente, por la tarde queríamos jugar a algo. Y así fue. En la caseta dedicada a presentar los juegos que se habían presentado al concurso, conocimos a una pareja que también había presentado un juego. Nos hicieron el ofrecimiento de jugar una partida, que aceptamos enseguida.

El juego se llama Stop. Cada jugador es un habitante de una ciudad que podría ser cualquiera de las que vivimos y tiene que salir de casa, cumplir unos cuantos encargos (ir al supermercado, pasar por la tintorería, comprarse una bufanda en la tienda de ropa de hombre y arreglar unos papeles en hacienda, por ejemplo) y volver de nuevo a casa. El jugador que primero lo haga, gana la partida. El tablero es lo más impresionante del juego: tiene forma octogonal (una señal de Stop) y representa una ciudad, con sus calles, semáforos y comercios. El juego es sencillo, pero rápido y divertido de jugar.

Tras esta partida nos acercamos a la caseta de Homo Ludicus y allí demostramos nuestra absoluta falta de vergüenza (que no desvergüenza) con una partida de Coyote, que atrajo la atención del público y muchas risas, tanto de los que estábamos jugando como de los que miraban. A ésta le siguió una partida de Café Race.

Después de la partida, Jonathan, al fin se decidió (no lo he dicho aún, pero llevaba todo el día dándole vueltas) y compró un Senet con tablero de madera y piezas de barro realmente precioso. Para quien no lo conozca tan sólo comentar que es un pariente lejano del Backgammon, con algunas similitudes en la forma de jugar.

Tras esto, nos despedimos de todo el mundo e iniciamos la vuelta a casa.

Conclusión

La noche antes de ir a Tona un amigo, que había ido a la feria el año pasado, me llamó y me dio dos consejos: abrígate y no te esperes gran cosa.

Con respecto al primero, en cuanto salió el sol e invitó a la niebla a retirarse, hubo momentos que tuvimos que quitarnos la chaqueta porque no hacía tanto frío. Supongo que el retraso que el invierno lleva este año debió tener su importancia en ello.

En el segundo... también se equivocó.

A pesar de que ésta ha sido la 6ª edición nunca había ido hasta la feria de Tona y me alegra decir que espero que se siga celebrando muchos años más y convertirme en un habitual.

Me encontré con algo pequeño, a la medida del pueblo, pero montado con mucho cariño e ilusión. El ambiente era muy agradable, la gente también. Es, además, refrescante ver que dentro de nuestra afición hay muchas más cosas y gente aparte de los que rondamos por las webs de Internet que todos conocemos.

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